miércoles, 26 de mayo de 2010

Deconstructivismo.


Monografía elaborada por estudiantes de Teoría de la Arquitectura.
Facultad de Arquitectura Xalapa.
Universidad Veracruzana.

1. SITUACIÓN HISTÓRICA, ECONÓMICA Y SOCIAL EN LA QUE SE INSCRIBE EL MOVIMIENTO.
Deconstructivismo, movimiento también llamado deconstrucción, es una escuela arquitectónica que nació a finales de la década de 1980. Se caracteriza por la fragmentación, el proceso de diseño no lineal, el interés por la manipulación de las ideas sobre la superficie, las estructuras y, en apariencia, de la geometría no euclídea, (por ejemplo formas no rectilíneas) que se emplean para distorsionar y dislocar algunos de los principios elementales de la arquitectura, tale como la estructura y la envolvente del edificio.

La apariencia visual final de los edificios de la escuela deconstructivista se caracteriza por una estimulante impredecibilidad y un caos controlado. Tiene su base en el movimiento literario también llamado deconstrucción. Es posible que dicho nombre también derive del Constructivismo ruso , tendencia que existió durante la década de 1920 de donde retoma alguna de su inspiración formal.

Algunos acontecimientos importantes en la historia del movimiento deconstructivista fueron: el concurso internacional del parisino Parc de la Villette (especialmente la participación de Jacques Dérrida y Peter Eisenman y el primer premio de Bernard Tschumi); la exposición de 1988 del Museo de Arte Moderno de Nueva York Deconstructivist Architecture, organizada por Philip Johnson y Mark Wigley, así como la inauguración en 1989 del Wexner Center for the Arts en Columbus, diseñado por Peter Eisenman. En la exposición de Nueva York se exhibieron obras de Frank Gehry, Daniel Libeskind, Rem Koolhaas, Peter Eisenman, Zaha Hadid, Coop Himmelbau y Bernard Tschumi.

Desde dicha exposición muchos de los arquitectos asociados al deconstructivismo se han distanciado del término. Sin embargo esta denominación cuajó y su uso actual abarca una tendencia general de la arquitectura contemporánea.

2. INFLUENCIA MODERNISTA Y POSTMODERNISTA
El Deconstructivismo desempeña en la arquitectura contemporánea un papel opuesto a la racionalidad ordenada del modernismo. Aunque tanto los postmodernistas como los deconstructivistas publicaron sus teorías conjuntamente en la revista Oppositions (publicada en el período 1973-84), estos artículos abrieron también una brecha decisiva entre ambos movimientos.

Los deconstructivistas adoptaron una postura de confrontación contra la arquitectura establecida y la historia de la arquitectura, mostrando su deseo de desensamblar la arquitectura. Mientras que los postmodernistas volvieron a abrazar—a menudo astuta o irónicamente—las referencias históricas que el modernismo rechazaba, el deconstructivismo rechaza la aceptación postmoderna de estas referencias. También rechaza la idea de ornamento como decoración. Estos principios hacen que el deconstructivista se alinie con las ideas de anti-historicismo modernista.
Además de las Oppositions, otro texto que ha separado el deconstructivismo del modernismo y el postmodernismo fue la publicación de Complexity and Contradiction in architecture (1966) de Robert Venturi.

Esta obra, definitiva tanto para el postmodernismo como para el deconstructivismo ataca la puridad, claridad y simplicidad del modernismo. Tras su publicación, el funcionalismo y el racionalismo, las dos ramas principales del modernismo, fueron derrocadas como paradigmas de acuerdo con el postmodernismo y el deconstructivismo, pero de fomas distintas. La lectura postmoderna de Venturi fue que la ornamentación y la alusión histórica añadía una riqueza a la arquitectura. Algunos arquitectos postmodernos intentaron reaplicar la ornamentación incluso a edificaciones económicas, un esfuerzo ilustrado por el concepto de Venturi de “la barraca decorada”. Se rechazó racionalismo en el diseño, pero se mantuvo intacto el principio del funcionalismo. Esto se acerca a la tesis de la siguiente obra mayor de Venturi:los signos y ornamentos pueden aplicarse a la arquitectura pragmática para inculcar las complejidades filosóficas de la semiología.

La lectura deconstructivista de Complexity and Contradiction es bastante diferente. El edificio básico era el sujeto de los problemas y lo intrincado del deconstructivismo, sin desprenderse de la ornamentación. En lugar de separar ornamento y función, como los postmodernistas, se cuestionaron los aspectos funcionales de los edificios. La geometría era a los deconstructivistas lo que el ornamento para los postmodernistas como Venturi, el sujeto de la complicación, y esta complicación de la geometría se aplicó, finalmente, a los aspectos funcionales, estructurales y espaciales de los edificios deconstructivistas.

3. FILOSOFÍA DECONSTRUCTIVISTA
El camino principal de la filosofía deconstructivista a la teoría arquitectónica transcurre a través de la influencia del filósofo Jacques Dérrida sobre Peter Eisenman. Él se fundamentó en las bases filosóficas del movimiento literario de la deconstrucción y colaboró directamente con Derrida en algunos proyectos, como la participación en el concurso del Parque de la Villette, documentada en Choral Works. Tanto Dérrida y Eisenman, como Libeskind estaban preocupados con la «metafísica de la presencia», y este es el sujeto principal de la filosofía deconstructivista en la teoría arquitectónica.

La presuposición realizada es que la arquitectura es un lenguaje capaz de comunicar el sentido y ser tratado por los métodos de la filosofía del lenguaje. La dialéctica de la presencia y la ausencia, o lo sólido y lo vació, aparece en muchos proyectos de Eisenman. Tanto Derrida como Eisenman creían que el locus, o el lugar de la presencia, es arquitectura, y se encuentra la misma dialéctica de la presencia y la ausencia en la construcción y la deconstrucción.

El intento del deconstructivismo es liberar a la arquitectura de las reglas modernistas, que sus seguidores juzgan constrictivas, como la forma sigue a la función, la pureza de la forma y la verdad de los materiales.

4. CONSTRUCTIVISMO Y FUTURISMO RUSO
Otra corriente mayor de la arquitectura deconstructivista se inspira en el constructivismo y el futurismo rusos de principios del siglo XX, y tanto en sus artes gráfias como en su arquitectura visionaria, de la que se llegaron a construir pocos edificios.

Los artistas Naum Gabo, El Lissitzky, Kasimir Malevich y Alexander Rodchenko influyeron en el uso de las formas geométricas de la arquitectura deconstructivista de Zaha Hadid y Coop Himmelb(l)au. Tanto el deconstructivismo como el constructivismo muestran una preocupación con la tectónica de los ensamblajes abstractos. Ambos consideraron la simpleza radical de las formas geométricas el motivo artístico primario, expresado en las artes gráficas, la escultura y la arquitectura. Sin embargo, la tendencia constructivista hacia el purismo está ausente en el deconstuctivismo: la forma a menudo sufre una deformación cuando la construcción se deconstruye. También destaca por su ausencia la defensa de las causas socialistas y colectivistas, indispensables en el constructivismo ruso.

5. PRINCIPIOS CONCEPTUALES Y APORTACIONES DEL MOVIMIENTO.La arquitectura ha soñado siempre con la forma pura, con producir objetos en los que toda inestabilidad o desorden hayan sido excluidos. Los edificios se construyen con formas geométricas simples, cubos, cilindros, esferas, conos, pirámides, etc; combinándolas hasta conseguir conjuntos estables, siguiendo reglas compositivas que evitan que unas entren en conflicto con las otras. Las formas contribuyen armónicamente a formar un todo unificado. Esta estructura geométrica consonante se convierte en estructura física del edificio: su pureza formal se entiende como garantía de estabilidad estructural.

Cualquier desviación del orden estructural, cualquier impureza, se entiende como amenaza a los valores formales representados por la armonía, la unidad y la estabilidad, y por tanto se aisla de ella, tratándolo como puro ornamento.

Los proyectos de esta exposición representan una sensibilidad diferente, en la que el sueño de la forma pura ha sido alterado. La forma se ha contaminado. Es esa habilidad para alterar nuestras ideas sobre la forma lo que hace que estos proyectos sean de constructivos. No es que deriven de la modalidad filosófica contemporánea llamada deconstrucción.

La deconstrucción en si misma, sin embargo, se confunde ha menudo con el desmontaje de construcciones. Consecuentemente cualquier diseño arquitectónico provocador que parezca deshacer la estructura ya sea por medio de la simple ruptura de un objeto o de la compleja incorporación de un objeto a un collage de trazas ha sido llamado deconstructivo.

La deconstrucción no es demolición o desimulación. Si bien hace evidentes ciertos fallos estructurales dentro de estructuras aparentemente estables, estos fallos no llevan al colapso de la estructura. Por el contrario, la deconstrucción obtiene toda su fuerza de su desafío a los valores mismos de la armonía, la unidad y la estabilidad, proponiendo a cambio una visión diferente de la estructura: en ella los fallos son vistos como inherentes a la estructura. No pueden ser eliminados sin destruirla. Son de hecho estructurales.

Un arquitecto del Deconstructivismo no es por tanto aquél que desmonta edificios, sino el que localiza los dilemas inherentes dentro de ellos. El arquitecto deconstructivo deja de lado las formas puras de la tradición arquitectónica e identifica los síntomas de una impureza reprimida.

El Deconstructivismo incluye ideas de fragmentación, procesos no lineales, procesos de diseño, geometría no euclídea, negando polaridades como la estructura y el recubrimiento. La apariencia visual de los edificios de este estilo se caracteriza por un caos controlado. Muchos críticos del Deconstructivismo ven esto como un mero ejercicio formal con poco significado social.

6. CARACTERÍSTICAS DE LA ARQUITECTURA DECONSTRUCTIVISMO
• La perspectiva multifocal: el objeto arquitectónico deconstructivista es la materialización de un elemento que se ha contemplando desde todos los puntos de vista posibles.
• La Des- centralidad y la falta de simetría como consecuencia de la eliminación del punto focal único en la perspectiva multifocal.
• La torsión y su triple manifestación: helicoides volumétricas, los planos alabeados y las inclinaciones como búsqueda de lo anti gravitacional, anti cartesiano o la inestabilidad estructural.
• Las retículas y las mallas como respuesta a sus búsqueda de lo anti jerárquico, antinatural y lo ambiguo.
• El concepto y la materialización del vacío. El vacio como lugar arquitectónico e interpretación Tadeo-teológica.
• La ambigüedad: complejidad y contradicción de la arquitectura deconstructivista.
• Oximorones formales, espaciales y funcionales.
• La multiplicidad axial. El sistema axial rizomático como respuesta al planteo de felix Guatarri y Gilies Delueze.
• La agudeza de los ángulos deconstructivistas. Una nueva concepción espacial: la esquina como no- lugar.
• Los accesos: como nuevas propuestas para la arquitectura monumental . las marquesinas deconstructivistas.
• Las aberturas y los lucernarios.
• La interpretación deconstructivista de la quinta fachada.
• Delueze y la arquitectura sin ventanas.
• La envolvente orgánica. La piel y el pliegue como referente de la nueva envolvente.
• El nuevo muro cortina. El revestimiento fractal para las nuevas formas torcidas y plegadas.
• La deconstrucción de los detalles constructivos.

Imágenes de libre circulación en la internet.

lunes, 3 de mayo de 2010

La Tendenza y Aldo Rossi


Trabajo elaborado por estudiantes de Teoría de la arquitectura VI.
Facultad de Arquitectura Xalapa, Universidad Veracruzana, Mx.

La Tendenza, es un grupo de arquitectos italianos que, a comienzos de los años 60, comenzó a cimentar las bases sobre las que se habría de asentar el pensamiento urbano más influyente del último tercio del siglo pasado en Europa.

1. Situación histórica, económica y social en la que se inscribe el movimiento.
• Antecedentes de la arquitectura contemporánea en Italia
Las ciudades europeas después de la Segunda Guerra Mundial quedaron devastadas, la población sufrió una gran caída de valores filosóficos y espirituales produciendo un nuevo escenario con un notable cambio en la manera de pensar.

En Italia se genera un ambiente de reconstrucción, tanto físico como conceptual. Italia ingresa al Plan Marshall que fue propuesto como plan político y económico por los Estados Unidos, en 1948 a 1951, con la finalidad de crear condiciones estables en las que las instituciones democráticas pudieran sobrevivir y garantizar el bienestar a fin de provocar solidez y estabilidad.

Surgen diversas publicaciones de revistas con la intención de recuperar los valores que se habían perdido. Se hizo evidente la necesidad de ordenar un repertorio arquitectónico con la voluntad de tipificar y normar con precisión para propiciar la austeridad y evitar el despilfarro.

Se adopta una postura de dignificar la pobreza, en contra de la voluntad de modernización, de recopilar y enaltecer lo que pertenece a la arquitectura tradicional italiana. Se propone el retorno a la tradición burguesa de la arquitectura doméstica y al desarrollo de propuestas personales.

En el ámbito arquitectónico italiano surge la bipolaridad de organización, la de Roma, ciudad parásita en donde se especula con la monumentalidad y la arquitectura académica, y la de Milán en donde se presenta el monumento permeable y una propuesta dinámica que gobierna la cultura arquitectónica.

Ernesto Nathan Rogers fue quien marcó un camino a seguir en el ámbito milanés, fue director de la revista Casabella-Continuitá, desde 1953 hasta 1964, y se valió de este medio para discutir y validar su posición ante el escenario. Propuso retomar algunas de las ideas del movimiento moderno actualizándolas y contextualizándolas con la realidad arquitectónica italiana. Propuso mantener una visión única tanto para la arquitectura como para la ciudad.

Fue profesor, en el Politécnico de Milán, de jóvenes promesas como Aldo Rossi, Carlo Aymonino, Manfredo Tafuri, Giorgio Grassi, Vittirio Gregotti, entre otros arquitectos destacados en el mundo de la arquitectura contemporánea. Casabella-Continuitá ofreció un panorama que invitó a una revolución cultural, que expresara una relación estrecha entre arquitectura y cultura general. Los conceptos básicos, desarrollados por Rogers, que influyeron sobre los jóvenes arquitectos son:
• Las preexistencias ambientales.
• El papel crucial de la historia de la arquitectura.
• La centralidad de la discusión sobre la tradición en la ciudad europea.
• La idea de monumento.
• La responsabilidad del artista y del intelectual dentro de la sociedad moderna.
• El deber continuar con las enseñanzas de los Maestros de Movimiento Moderno.

Aldo Rossi y su teoría “La Arquitectura de la Ciudad” , son representantes del desarrollo de esta forma de aproximación a la arquitectura. Claves básicas referidas a los hechos urbanos y a las analogías del lugar definen el proyecto así como el arte de la memoria, con influencia neoclásica y barroca. La actitud para abordar el hecho arquitectónico proponía ver la casa como pequeña ciudad y la ciudad como gran casa, a la manera de Palladio. La ciudad se construye de acuerdo a la arquitectura que tiene.

Para entender cualquier creación humana como una pintura, una escultura, un edificio o incluso una obra musical, es necesario tomar en consideración el contexto en el que nace; es decir, el tiempo y el espacio en el que su autor la crea. La obra de Rossi no es la excepción. Si queremos analizar sus ideas más relevantes es importante referirnos en primera instancia al momento histórico al cual pertenece, ya que el individuo, como diría el historiador Edward Carr, es producto a la vez que portador consciente o inconsciente de la sociedad a la que pertenece y en concepto de tal se enfrenta a la realidad.

En 1931, año en el que Rossi nació, el ámbito de la arquitectura estaba dominado por el llamado Movimiento Moderno, que agrupaba a un conjunto de tendencias basadas en lo que se conoce como el principio funcionalista, según el cual la forma física de los edificios debía estar subordinada a su función. Bajo esta perspectiva, la primera exigencia de la arquitectura era alcanzar la mejor utilidad posible.
Basados en esta postura, se construyeron en diversas partes del mundo edificios que utilizaban tanto los mismos materiales (vidrio, acero y hormigón) como diseños similares en los que prevalecía lo funcional sobre lo ornamental.

Frente a la multiplicación de este tipo de construcciones, a partir de los años sesenta, un grupo de arquitectos, entre los cuales figuraba Rossi, empezó a trabajar desde distintos frentes para crear una salida a la ortodoxia del Movimiento Moderno.

En su primer libro titulado La arquitectura de la ciudad, publicado en 1966, Rossi elaborará una nueva teoría de la arquitectura y la ciudad en donde pondrá énfasis sobre ciertos aspectos olvidados por las tendencias modernas. En este texto se plantean dos principios básicos: la relación innegable que existe entre espacio y sociedad, y la complejidad de la ciudad.

En principio Rossi reconoce que la ciudad no debe ser entendida como la suma de edificios y calles independientes de la vida humana, sino como un elemento que juega un papel fundamental en la sociedad. Esto significa que el espacio humano no es un contenedor sin significado, sino que existe una estrecha vinculación entre éste y los comportamientos tanto individuales como colectivos. El espacio se define en relación a los seres humanos que lo usan, lo disfrutan, lo recorren y lo dominan.
Además, Rossi procura acercarse a la ciudad y a la arquitectura de forma integral y apreciarla desde su totalidad. Para él, el espacio urbano sólo puede ser entendido si se pone atención a los múltiples factores que confluyen en él: aspectos económicos y sociales, elementos culturales, características topográficas, entre muchos otros. Lo anterior quiere decir que cuando se estudia la ciudad o cuando se construye en ella es preciso tomar en cuenta el carácter complejo de la ciudad, la multiplicidad de dimensiones que la conforman.

Retomando al arquitecto Peter Krieger habría que decir que "consciente del tejido sutil y vulnerable de la ciudad, el arquitecto puede aprender que su compromiso con el ambiente no termina con el diseño de fachadas complacientes, sino empieza dentro de los contextos. No sólo la obra maestra de alto valor estético define la arquitectura como disciplina y profesión, sino el arte de la organización espacial para usos socioculturales en condiciones sustentables”. En otras palabras, ante las formas de hacer ciudad y arquitectura caracterizadas por el desentendimiento del contexto, la historia y la memoria colectiva, parece urgente trabajar desde distintos frentes por una "humanización de la arquitectura".

2. Principios Conceptuales y aportaciones del movimiento.

• Aldo Rossi y su tratado sobre la ciudad
Aldo Rossi nació en Milán en 1931. Culminó los estudios de arquitectura en el Politécnico de Milán en 1959 y desde sus primeros proyectos mantiene una propuesta de trabajo racional a través de la concepción abstracta del tipo, reducido a formas geométricas puras. Trabaja la tipología de la ciudad para revertirla en una obra. Extrae de la ciudad todo lo que pueda servir para apoyar la arquitectura. Conceptos como el de ciudad análoga, tipo, tipología, morfología, memoria del colectivo, hechos urbanos, y monumento, propuestos en su libro “La Arquitectura de la Ciudad”, publicado en 1966, lo llevan a relacionarse con métodos de análisis de la lógica.

Rossi trabaja sobre la ciudad entendida como arquitectura, no sólo como la imagen visible de ésta, sino con su construcción en el tiempo, “la arquitectura es la escena fija de las vicisitudes del hombre; con toda la carga de los sentimientos de las generaciones, de los acontecimientos públicos, de las tragedias privadas, de los hechos nuevos y antiguos. El elemento colectivo y el privado, sociedad e individuo, se contraponen y se confunden en la ciudad, constituida por tantos pequeños seres que buscan una sistematización y, al mismo tiempo, juntamente con ella, un ambiente para ellos, más adecuado al ambiente general.”

El aspecto básico de su teoría consiste en el estudio de la zona urbana, del contexto, y de los aspectos morfológicos, para establecer una tipología que resulta de la abstracción máxima del tipo que se representa en su esquema básico. Conduce a la arquitectura dentro de lineamientos de análisis científico, a través del uso de la historia como elemento de origen para el proceso de diseño. Para Rossi el tipo tiene una expresión formal que es extraída de una revisión, por lo tanto se debe relacionar con la forma. El tipo es una noción abstracta y para su comprensión hay que concebirla como forma. Los aspectos sociales se vinculan con el estudio del tipo, y así se garantiza la evolución de valores tradicionales de una sociedad.

Entre los aspectos sociales, de convivencia y permanencia en los que él se apoya tenemos:
• Los hechos urbanos proponen autonomía de funcionalidad, adecuados al contexto y a la ciudad vista como una creación humana a medida que crece a través del tiempo, adquiere conciencia y memoria de sí misma.
• El monumento comprende señalamiento y trascendencia de un sentimiento o costumbre de una ciudad a través del tiempo. “Signos de voluntad colectiva expresados a través del principio de la arquitectura: puntos fijos de la dinámica urbana”.
• La memoria colectiva supone una tradición histórica de mucho peso que une períodos anteriores de la arquitectura del lugar con la actual. Sugerencias de vida contenida en las propuestas arquitectónicas.
• La nueva monumentalidad está basada en la exigencia de la simplicidad y unidad. Opuesta al desorden de la ciudad moderna con pocas reglas decisivas: simplicidad, unidad, simetría, proporción, claridad tipológica, homogeneidad entre planta y alzado, y negación del desorden.
• El locus (sitio) otorga carácter concreto al análisis morfológico de la ciudad, “relación singular y sin embargo universal que existe entre cierta situación local y las construcciones que están en aquél lugar”.
• La ciudad análoga es la operación lógico formal que utilizando el mecanismo de la memoria es capaz de mostrar con imágenes la esencia de una ciudad.
• La temporalización supone supervivencia en el tiempo. Requiere de permanencia de la obra a través del tiempo. Solo es posible si se vincula con la realidad humana.
• La trascendencia es la lógica de lo transitorio y de lo imperecedero puesta de manifiesto en las reflexiones de la supervivencia de la obra arquitectónica. La comprensión de los hechos sociales, políticos y económicos de la ciudad, así como los de orden histórico le otorgan significado a la estructura urbana. La división de la ciudad en esfera pública y esfera privada genera una estructura racional que acoge los monumentos, los elementos primarios y los edificios de orden público, así como cada una de las tipologías de desarrollo de un orden residencial y privado.