Teoría de la Arquitectura.
Apuntes de clase.
Dr. Daniel R. Martí Capitanachi
Se entiende por comunicación a la posibilidad de transmitir, a través de un código que es compartido por varios sujetos, el mundo interior de un sujeto respecto de otro, quien comprende el mensaje y se convierte en interlocutor, al responder el mismo.
En la gramática moderna, a propósito de la comunicación, se distinguen, al menos, tres elementos, siendo éstos:
-Sujeto Activo
-Sujeto Pasivo
-Código, que es el conjunto de signos convencionales que comparten ambos sujetos y que permite que el mensaje sea emitido y comprendido.
Gramaticalmente la comunicación señala como códigos o medios para articular mensajes a la lengua, el lenguaje y el habla.
•La lengua es el conjunto de todos los símbolos que permiten la comunicación. En ella se conglomeran el total de los convencionalismos que el hombre ha creado a propósito de transmitir su pensamiento, ideas, emociones, y sentimientos hacia el mundo exterior.
•El lenguaje, por su parte, es un subconjunto de la lengua, generalmente especializado para abordar determinadas temáticas, campos de acción o de actividad. Involucra sólo un segmento del conjunto de signos que conforman a la lengua y está siempre subordinado a ella, toda vez que la lengua es general y el lenguaje particular. Por ejemplificar, se señalan como lenguas a la lengua española, la inglesa, etcétera, mientras que como lenguajes, al oral, el escrito, el mímico, el iconográfico, etcétera.
•El habla es un subconjunto de signos aún menor que el lenguaje, mismo que le corresponde a cada individuo en lo particular, componiéndose de los signos que el sujeto conoce y hace uso derivados de los diferentes lenguajes, para poder expresar al exterior su mundo interior. A diferencia de la lengua que es general, el habla es particular. Aunque coincidan los individuos en el conocimiento de la lengua y los lenguajes, cada persona tendrá un habla singular, única, que le hará diferente al resto de los demás hablantes. Por ejemplo el habla de los versos de Neruda o en los textos de Cervantes.
Al entenderse esta noción al campo de las artes los lenguajes se entienden como el conjunto de signos que permiten transmitir mensaje mediante elementos diferentes a la oralidad, la escritura o la mímica. Nuevos signos son requeridos: el sonido para la música, el color para la pintura, el volumen para la escultura, el espacio y el tiempo para la arquitectura.
Como en todos los casos los símbolos artísticos son convencionales, es decir resultan del acuerdo entre los hombres.
Cada lenguaje elabora sus propios símbolos, de tal forma que para la arquitectura a través de la historia se han formulado convencionalismos que permiten identificar determinados espacios para determinadas actividades, evolucionando con el tiempo, con base en las necesidades que la vida del hombre y las civilizaciones han implicado.
Por ejemplo, el baño, concebido hoy como un espacio privado, en ocasiones íntimo, útil para satisfacer el aseo y las necesidades fisiológicas del ser humano, fue, en otro tiempo, entre los griegos un espacio público, con propósito social – las Termas-. Resulta un ejemplo perfecto para identificar un cambio de concepto del espacio y del lenguaje utilizado para su creación.
En Arquitectura hay que distinguir dos tipos de comunicación:
•Directa: Cuando el diseñador, sujeto creador, durante el proceso, tiene posibilidad de intercambiar mensajes con otra persona, ya sea otro diseñador, algún técnico, un futuro usuario o cualquier otra persona que comprenda el mensaje emitido por el diseñador y le brinde respuesta, a propósito de retroalimentar el proceso. En este caso, se identifican a los sujetos activo y pasivo, al mensaje y al código común que comparten a través del lenguaje.
•Indirecta: Cuando el sujeto que emitió el mensaje –proyecto, modelo o edificio- ha desaparecido de la escena, dejando el mensaje plasmado en el hecho arquitectónico, el cual es objeto de la interpretación que de él se realice por parte de terceros, sin que ellos a su vez tengan la oportunidad de retroalimentar al diseñador. En este ejemplo, el sujeto activo ha desaparecido y sólo permanece el mensaje ya emitido, con independencia de quien lo emitió. Aunque el sujeto pasivo emita opiniones, pudiendo compartir el código o no, éstas ya no retroalimentan de manera inmediata al diseñador.
La claridad con que el mensaje se emita tiene relación evidente con la mayor o menor carga expresiva del mismo y comprensión por parte de terceros. Toda vez que el fin último de la Arquitectura es delimitar espacios que cobijen las actividades del hombre, tales espacios deberán ser suficientemente claros en su resolución de tal manera que su comprensión sea inmediata y puedan ser comprendidos y apropiados por cualquier persona, sin necesidad de explicaciones posteriores proporcionadas por el sujeto diseñador.
Así, el lenguaje arquitectónico habrá de ser claro, directo, verdadero y de fácil comprensión.
Preguntas de estudio:
•¿En que consistirá un habla arquitectónica?
•Ejemplifique con hechos construídos, 3 ejemplos de claridad y confusión en el uso del lenguaje arquitectónico.
•Emita un mensaje arquitectónico a través del dibujo y solicite a un tercero, sin mayores explicaciones verbales, que decodifique lo que Usted quizo decir. Califique del 1 al 3 la claridad de su mensaje: 1) Claro; 2) Confuso; 3) Incomprensible.
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