
martes, 22 de febrero de 2011
miércoles, 5 de enero de 2011
sábado, 4 de diciembre de 2010
Transarquitecturas. Ejercicios TA701-2010
Teoría de la Arquitectura 701.
Ejercicios de clase 2010.
Objetivo:
Incorporar a la propuesta arquitectónica, algún elemento externo que, sin formar parte de la forma o plástica proyectual, la matice. Por ejemplo: luz, velocidad, sentido de antigravedad, analogía y metáfora, topografía, fragmentación o culaquier otro que cumpla con el requisito de adjetivar la propuesta inicial arquitectónica.
Se propone como método alternativo al diseño que inicia por la solución estrictamente funcional, a efecto de proveer al estudiante otras formas de abordaje al proyecto arquitectónico, mismas que brinden un marco de mayor libertad creativa.










Ejercicios de clase 2010.
Objetivo:
Incorporar a la propuesta arquitectónica, algún elemento externo que, sin formar parte de la forma o plástica proyectual, la matice. Por ejemplo: luz, velocidad, sentido de antigravedad, analogía y metáfora, topografía, fragmentación o culaquier otro que cumpla con el requisito de adjetivar la propuesta inicial arquitectónica.
Se propone como método alternativo al diseño que inicia por la solución estrictamente funcional, a efecto de proveer al estudiante otras formas de abordaje al proyecto arquitectónico, mismas que brinden un marco de mayor libertad creativa.











lunes, 15 de noviembre de 2010
Literatura y Arquitectura. Manuel Maples Arce.
Fragmentos tomados del libro:
MAPLES Arce, Manuel.
Soberana juventud. Memorias II
Editorial: Universidad Veracruzana.
Xalapa, México, 2010.
Primer pasaje:

En aquella época el sentimiento revolucionario tomaba formas violentas de odio hacia el pasado que revestían actitudes iconoclastas. En el afán de destruir el ayer que había sido tan cruel para el pueblo, intentábase derribar hasta los edificios vinculados a tiempos que recordaban la opresión. De estas confusas apreciaciones estuvo a punto de ser víctima el palacio municipal, cuyo aspecto ruinoso facilitaba el deseo de demolerlo, reforzado por el encono contra el testimonio de épocas aborrecibles. Se olvidaba naturalmente el valor histórico y cultural que para la ciudad representaba este ejemplar arquitectónico, que, aunque modesto, tiene su propia prestancia y una significación extraordinaria como albergue nada menos que de esa institución popular que es el consejo municipal, uno de los primeros fundados en América.
Aún tengo viva la memoria la escena que presencié una tarde, mezclado a la multitud, desde el portal de la calle de Lerdo, cuando se preparaba la destrucción del histórico edificio. El jefe de armas, con toda la buena fe de quien quiere acabar con lo que él consideraba una reliquia de viejas formas opresivas, acaso con el deseo de levantar en el mismo lugar un mismo edificio, pero sin advertir que esas piedras constituían un legado que pertenece, por legítimo derecho, al pueblo y forman la herencia que ningún régimen debe destruir, arengó a la multitud y, simbólicamente, cogió la piqueta y asestó el primer golpe sobre el venerable monumento. Había en ese odio algo del furor que resplandeció en la revolución Francesa al destruirse la Bastilla, y de cuya retórica se han nutrido todas las revoluciones del mundo. Pero y, pese a mi juventud, discernía que al amparo de aquellos muros se habían resguardado los primeros representantes de la autoridad popular. Me parecía injusto pretender castigar aquella Casa Consistorial por las culpas de los hombres, y sentí que debíamos defenderla, impedir que fuera derribada, y con toda diligencia reuní un grupo de compañeros para discutir el asunto y oponernos públicamente al atentado. Enviamostelegramas pidiendo que se salvara el monumento al primer jefe, al gobernador del Estado, y fuimos en comisión a los diarios de la ciudad, donde encontramos franco apoyo a nuestra iniciativa; buscamos la colaboración de personalidades veracruzanas, que entendieron la necesidad de impedir este acto desconsiderado; efectuamos una velada, donde expliqué por qué considerábamos inútil e inconveniente la destrucción de ese edificio cuya existencia estaba vinculada a la crónica de la ciudad.
Todos nuestros persistentes esfuerzos lograron contener la obra destructiva, y aunque el viejo palacio permaneció abandonado y musgoso por largos años, no se renovó la funesta tentativa, y más tarde, con reformas y adiciones, se le restauró. Aquella decisión estudiantil lo salvó y, ligándolo al destino de la ciudad, sigue presidiendo las cotidianas alegrías y los desbordados regocijos de su pueblo.
Págs. 10 y 11
Segundo pasaje:

La acción del general Jara en el gobierno de Veracruz se había iniciado en forma verdaderamente pujante. Se empeñó en mejorar la capital del estado, dotarla de buenos servicios públicos y pavimentación; hizo construir calzadas de circunvalación para facilitar el tránsito. Levantó el magnífico estadio aprovechando la bella disposición natural del terreno en las colinas que circundan la ciudad por el monte de Pacho, desde donde se contempla el panorama de Jalapa. Este estadio, de audaz arquitectura –el más hermoso de la república-, lo construyó Jara con el sueño de que fuera el centro de reunión de la juventud y que, en sus aledaños, se levantara la Ciudad Universitaria, desatinada a su formación intelectual, estética y humana.
Todos los impulsos del general Jara eran los de un hombre que, habiendo servido lealmente a la Revolución, sentía la necesidad de promover esta realización de orden superior. Yo tuve la suerte de asociarme a este esfuerzo generoso de exaltación de los valores morales introducidos por el movimiento social. Paralelamente a estas obras se iniciaron otras de trascendencia pública en torno a la salud y el bienestar del pueblo, atacando problemas que exigían una atención preferente. En el ramo de carreteras se mejoraron las existentes y se abrieron otras nuevas, se erigieron numerosos edificios escolares y se favoreció el desenvolvimiento de las organizaciones obreras y campesinas.
Yo comprendí toda la pasión, todo el amor que este hombre extraordinario puso en su obra de gobernante y con idéntico entusiasmo me ocupé de la obra cultural, que no obstante las limitaciones del ambiente trascendió más allá de los confines del estado y aún de la república.
Pág. 153.
MAPLES Arce, Manuel.
Soberana juventud. Memorias II
Editorial: Universidad Veracruzana.
Xalapa, México, 2010.
Primer pasaje:

En aquella época el sentimiento revolucionario tomaba formas violentas de odio hacia el pasado que revestían actitudes iconoclastas. En el afán de destruir el ayer que había sido tan cruel para el pueblo, intentábase derribar hasta los edificios vinculados a tiempos que recordaban la opresión. De estas confusas apreciaciones estuvo a punto de ser víctima el palacio municipal, cuyo aspecto ruinoso facilitaba el deseo de demolerlo, reforzado por el encono contra el testimonio de épocas aborrecibles. Se olvidaba naturalmente el valor histórico y cultural que para la ciudad representaba este ejemplar arquitectónico, que, aunque modesto, tiene su propia prestancia y una significación extraordinaria como albergue nada menos que de esa institución popular que es el consejo municipal, uno de los primeros fundados en América.
Aún tengo viva la memoria la escena que presencié una tarde, mezclado a la multitud, desde el portal de la calle de Lerdo, cuando se preparaba la destrucción del histórico edificio. El jefe de armas, con toda la buena fe de quien quiere acabar con lo que él consideraba una reliquia de viejas formas opresivas, acaso con el deseo de levantar en el mismo lugar un mismo edificio, pero sin advertir que esas piedras constituían un legado que pertenece, por legítimo derecho, al pueblo y forman la herencia que ningún régimen debe destruir, arengó a la multitud y, simbólicamente, cogió la piqueta y asestó el primer golpe sobre el venerable monumento. Había en ese odio algo del furor que resplandeció en la revolución Francesa al destruirse la Bastilla, y de cuya retórica se han nutrido todas las revoluciones del mundo. Pero y, pese a mi juventud, discernía que al amparo de aquellos muros se habían resguardado los primeros representantes de la autoridad popular. Me parecía injusto pretender castigar aquella Casa Consistorial por las culpas de los hombres, y sentí que debíamos defenderla, impedir que fuera derribada, y con toda diligencia reuní un grupo de compañeros para discutir el asunto y oponernos públicamente al atentado. Enviamostelegramas pidiendo que se salvara el monumento al primer jefe, al gobernador del Estado, y fuimos en comisión a los diarios de la ciudad, donde encontramos franco apoyo a nuestra iniciativa; buscamos la colaboración de personalidades veracruzanas, que entendieron la necesidad de impedir este acto desconsiderado; efectuamos una velada, donde expliqué por qué considerábamos inútil e inconveniente la destrucción de ese edificio cuya existencia estaba vinculada a la crónica de la ciudad.
Todos nuestros persistentes esfuerzos lograron contener la obra destructiva, y aunque el viejo palacio permaneció abandonado y musgoso por largos años, no se renovó la funesta tentativa, y más tarde, con reformas y adiciones, se le restauró. Aquella decisión estudiantil lo salvó y, ligándolo al destino de la ciudad, sigue presidiendo las cotidianas alegrías y los desbordados regocijos de su pueblo.
Págs. 10 y 11
Segundo pasaje:

La acción del general Jara en el gobierno de Veracruz se había iniciado en forma verdaderamente pujante. Se empeñó en mejorar la capital del estado, dotarla de buenos servicios públicos y pavimentación; hizo construir calzadas de circunvalación para facilitar el tránsito. Levantó el magnífico estadio aprovechando la bella disposición natural del terreno en las colinas que circundan la ciudad por el monte de Pacho, desde donde se contempla el panorama de Jalapa. Este estadio, de audaz arquitectura –el más hermoso de la república-, lo construyó Jara con el sueño de que fuera el centro de reunión de la juventud y que, en sus aledaños, se levantara la Ciudad Universitaria, desatinada a su formación intelectual, estética y humana.
Todos los impulsos del general Jara eran los de un hombre que, habiendo servido lealmente a la Revolución, sentía la necesidad de promover esta realización de orden superior. Yo tuve la suerte de asociarme a este esfuerzo generoso de exaltación de los valores morales introducidos por el movimiento social. Paralelamente a estas obras se iniciaron otras de trascendencia pública en torno a la salud y el bienestar del pueblo, atacando problemas que exigían una atención preferente. En el ramo de carreteras se mejoraron las existentes y se abrieron otras nuevas, se erigieron numerosos edificios escolares y se favoreció el desenvolvimiento de las organizaciones obreras y campesinas.
Yo comprendí toda la pasión, todo el amor que este hombre extraordinario puso en su obra de gobernante y con idéntico entusiasmo me ocupé de la obra cultural, que no obstante las limitaciones del ambiente trascendió más allá de los confines del estado y aún de la república.
Pág. 153.
miércoles, 27 de octubre de 2010
Entrevista a Norman Foster.

Norman Foster: “Nunca estoy satisfecho con mi trabajo, es como perseguir el final del arcoiris”August 28, 2009
Fuente:Público.es
La huella de Lord Foster es alargada. Las creaciones del arquitecto inglés, que ganó el premio Príncipe de Asturias de las Artes en mayo, son cada vez más visibles en los cinco continentes. Él es el primer gran arquitecto de la era global, el pionero en anticipar la única polis posible en el siglo XXI, basada en el desarrollo sostenible y la libertad personal y social. De su estudio ha nacido el Banco de Hong-Kong y Shangai, que le dio a conocer mundialmente en los ochenta; el aeropuerto de Stansted en Londres; la cúpula de vidrio del Reichstag alemán y el puente más alto del mundo, que se eleva a 243 metros sobre el río Tarn (Francia) y que sobrepasa en 23 metros la altura de la Torre Eiffel. En España, le debemos la torre de comunicaciones de Collserola en Barcelona y el rascacielos de Caja Madrid en la capital de España, entre otros. En reconocimiento a su obra, el espacio Ivorypress exhibe en Madrid durante todo septiembre Arte y Arquitectura: Norman Foster, una muestra que reune más de cien dibujos, cuadernos de notas y maquetas del estudio Foster+Partner, que hoy cuenta con un millar de empleados y oficinas en más de 20
Cuando pone en marcha un proyecto, pasan 10 o 15 años hasta que puede verlo construido. Mirando atrás, ¿tiene predilección por alguna de sus obras? ¿Se arrepiente de alguno de sus trabajos pasados?
Tanto yo como el resto de mi equipo estamos orgullosos y satisfechos de todos los edificios en los que hemos participado. No obstante, en todos los trabajos en los que me implico siempre me queda la sensación de que podrían mejorarse. La creatividad es todo ingenio, es un valor en constante ebullición, y siempre tienes la tentación de empezar todo desde el principio. En este sentido, he de decir que nunca estoy completamente satisfecho: es como estar siempre persiguiendo el final de un arcoiris.
Lleva cuatro décadas dedicadas a la arquitectura. ¿Cuál ha sido el impulso o ambición que ha conducido su carrera?
La arquitectura me interesaba desde mucho tiempo antes de ser consciente de que podía dedicarme a ello. Desde joven, ya observaba edificios y me sentía inspirado por ellos. Diseñar es emocionante, su fin es mejorar la calidad de nuestra vida cotidiana. El diseño está muy relacionado con la gente, con la comunicación, la motivación y quizás lo más importante con la capacidad de escuchar.
¿Cree que los arquitectos deben trabajar escuchándose a sí mismos, al cliente que les paga o al lugar en el que desarrollan sus proyectos? ¿Han cambiado estos parámetros durante su carrera?
Los arquitectos tenemos una doble responsabilidad: por una parte, nos debemos al cliente al que vendemos nuestros servicios, pero también al dominio público, a las necesidades de la gente, que son materiales pero también emocionales y espirituales. Estos elementos han sido siempre una constante desde el principio de mi carrera, estuviese diseñando un mueble o un aeropuerto. Creo que sólo hay tres parámetros que el arquitecto ha de tener en cuenta: el tiempo, el dinero y su creatividad. Éste último es el elemento decisivo: muchos de los mejores trabajos arquitectónicos nacieron a partir de presupuestos muy apretados.
Últimamente se habla mucho de la arquitectura-espectáculo, que ha hecho que muchos estudios construyan edificios sin tener en cuenta el entorno en el que van a estar situados. ¿Es para preocuparse?
Yo sólo puedo hablar de mis propuestas. Reconocer, respetar y fortalecer la cultura de un lugar su historia, sus costumbres es esencial para lograr el éxito de cualquier proyecto. Pero sí: los arquitectos tenemos todavía mucho que aprender sobre las tradiciones. Por otra parte, hoy más que nunca, es esencial cierta sensibilidad hacia la naturaleza. Nuestro objetivo es utilizar la orientación del sol y la dirección del viento para optimizar el uso de la energía, ser lo más autosuficientes que podamos. Para conseguir esta sostenibilidad hay que conocer muy bien los recursos locales y el clima. También hay que respetar las peticiones locales, lo que significa que las formas y los espacios estarán muy relacionados con cada lugar.
¿Cree nuestras ciudades merecen esta arquitectura-espectáculo?
De nuevo, he de decir que sólo puedo hablar de nuestros propios proyectos. Pienso en el Museo Carre dart de Nîmes o en el HQ Ipswich project, que fueron pensados específicamente para el lugar en el que están emplazados. En Nîmes, el museo recrea las formas de las calles y estructuras romanas que lo rodean. De la misma manera, la construcción en el mercado ambulante de Ipswich acompaña al camino serpenteante de sus calles medievales. En ambos casos, los edificios respetan la altura del resto de edificios. Nuestros proyectos no sólo respetan cada lugar, sino que además se convierten en parte suyo.
La arquitectura refleja toda una era. ¿Cómo cree que será la arquitectura del siglo XXI?
La arquitectura del futuro, por necesidad, tendrá que dirigir la crisis ecológica global. Echando un vistazo a la historia, comprobaremos que periodos de recesión como la Gran Depresión produjeron algunas piezas arquitectónicas fundamentales, como el Rockefeller Center o el Empire State Building. Con la crisis ecológica pasará lo mismo. Ahora mismo, los edificios absorben la mitad de la energía consumida en el mundo desarrollado. Otro punto importante es el transporte. Junto a los edificios, suponen el 70% de la energía que consumimos. Espero que las fachadas de los edificios en el futuro sean capaces de conservar e incluso de renovar energía.
La arquitectura española ha sido reconocida en los últimos ocho años. ¿Cuáles cree que son sus puntos más fuertes?
España es un país precioso con una rica arquitectura y un enorme patrimonio cultural. Podría decirse que lo tiene todo: montañas, una línea de costa sensacional y vida urbana, además de agricultura, minería e industria. Además, los proyectos que han tenido más éxitos son los más sostenibles, los que respetan los espacios naturales o la existencia de los espacios urbanos. Los mejores edificios se aprovechan de las vistas, el clima y la luz. Por otra parte, la mejor arquitectura española combina la sabiduría de las tradiciones y la tecnología contemporánea. Podría decirse que son síntomas internacionales. Nosotros intentamos crear espacios que sean especiales y cómodos, tanto dentro como fuera de los edificios.
¿En qué proyectos trabaja ahora mismo su estudio en España?
Hemos trabajado en la remodelación del Camp Nou en Barcelona y ahora en una de estación de ski (en Cerler, Huesca). En este proyecto buscamos una integración de espacios y personas, para que convivan con la mayor comodidad posible. El arquitecto debe trabajar con el entorno, con el paisaje, aprovechar las vistas para crear un agradable microclima, que se pueda estar en el exterior incluso cuando haya viento. Cuando se trabaja en estos espacios hay que tener en cuenta que se pasa mucho tiempo en el exterior.
Los grandes maestros como Frank Lloyd Wright o Paolo Soleri construyeron sus propias comunidades en EEUU, hoy llamadas workshopers. ¿Está interesado en crear escuela para compartir su experiencia con los arquitectos jóvenes?
Tiendo a rechazar etiquetas acerca de lo que hago y nunca he querido crear una escuela. En lugar de eso, he intentado rebasar los límites de lo que es posible en mi trabajo por mi cuenta y me enorgullece ver el trabajo de muchos arquitectos jóvenes que intentan hacer lo mismo.
¿Cuáles serán sus próximos proyectos?
Como optimista que soy, quiero pensar que los mejores trabajos están todavía por llegar. Continuamos intentando entrar en nuevos mercados, como Suramérica e India.
viernes, 10 de septiembre de 2010
Programa definitivo. Seminario HTC de la Arquitectura
sábado, 14 de agosto de 2010
Seminario de teoría, historia y crítica de la Arquitectura

Dirigido a la comunidad académica, estudiantes y profesores, para proponer, escuchar, debatir y reflexionar sobre la Arquitectura y el Urbanismo; su práctica y proceso de enseñanza aprendizaje.
Mayores informes:
Dra. Arq. Polimnia Zacarias Capistrán.
Dr. Arq. Daniel R. Martí Capitanachi
Facultad de Arquitectura Xalapa
Universidad Veracruzana, México.
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